Googlendo el nombre de Álvaro Uribe Vélez, presidente de Colombia, resulta anecdótico, por decir lo menos, cómo de los primeros 100 resultados encontrados, al menos un tercio hace alusión a su neopopulismo, su relación con los paramilitares y lo demasiado cercana que resultaba su relación con el ex presidente de USA, George Bush.
Pero, para ser algo objetivo, para hablar de esta figura política comenzaré relatando los apartados básicos de su vida en esta materia, para luego concluir con los detalles sabrosos que lo vinculan con el narco, las amenazas, corrupción y todas esas cosas que últimamente resultan mucho más interesantes que la política misma.
Sus orígenes
Álvaro Uribe nace en una familia acomodada, dueña de diversos fundos y campos, el 4 de julio –quizás por eso su cercanía con Mister Bush- de 1954, en la ciudad de Medellín, departamento de Antioquia, Colombia. Como dato curioso, reconoce haber estudiado el maoísmo, marxismo y los movimientos revolucionarios de China y Cuba, pero sólo para darse cuenta que no era lo suyo, pues prefería algo más democrático y participativo, por extraño que resulte saliendo de alguien que en potencia, va por su segunda reelección.
Sus pasos en la política comienzan militando en el Partido Liberal Colombiano, y con apenas 24 años, era nombrado en 1976 Jefe de Bienes de las Empresas Públicas de Medellín, y en el 77 y 78 secretario general del Ministerio del Trabajo.
Uno de los puestos que hasta ahora más “fama” –positiva y negativa- le trajo, fue el que ejerció desde 1980 hasta 1982, como Jefe de la Aeronáutica Civil del país cafetero, donde por una parte se le agradece su aporte a la construcción de aeropuertos en Colombia, por otra, se le critica y vincula con círculos traficantes al más puro estilo de Scarface, pero eso lo trataremos más adelante.
Posteriormente, fue alcalde, y concejal de Medellín, y senador de la república. Sin embargo, lo que me parece más destacable ocurrió en 1995 a 1997 cuando fue gobernador de Antioquia, principalmente su apoyo a la creación de las Cooperativas de Vigilancia y Autoprotección Agraria, CONVIVIR.
Su llegada al poder
Una de las primeras cosas que llama la atención en cuanto al arribo de Uribe al poder, es que no llega como miembro del Partido Liberal, del cual siempre formo parte, sino como miembro de Colombia Primero, coalición de partidarios de Uribe, la que tras la elección de este, deja de figurar por la falta de más miembros que postulasen en otros ámbitos. Todo esto, debido a la falta de apoyo que el Partido Liberal daba a Uribe, prefiriendo a Horacio Serpa, de una ideología menos derechista.
Finalmente, y de la mano con su caballo de batalla de hacer frente a las guerrillas, resulta electo presidente el año 2002 con el 53%, contra el 31% de su antiguo compañero de bando, Serpa. Pasando a la historia del país colombiano como el primer presidente que logra la mayoría en primera vuelta, desde el cambio constitucional de 1991.
Su primer mandato pasó sin mayores contratiempos, esto sustentado en el gran apoyo ciudadano que lo llevo a la presidencia. Sin embargo, en un país donde, según estudios de la ONU, la población en condición de pobreza bordea el 50%, queda como tarea pendiente una mejor distribución de las riquezas, además de políticas de estado que ayuden a los sectores más necesitados.
Se suma a esto el gran problema de las guerrillas, que incide en la seguridad ciudadana y las violaciones a los derechos humanos. Elementos que, junto con una potente campaña de popularidad y una reforma constitucional, llevaran a la reelección de Uribe en 2006.
Luego de la recolección de firmas que acreditara el apoyo de un candidato, tras la reforma constitucional de Colombia, y nuevamente bajo el alero de Colombia Primero, Uribe lanza su campaña a la reelección, entrando nuevamente a los records históricos del país como el presidente electo con mayor apoyo en una votación, con el 62%.
Este segundo gobierno se ha caracterizado por su lucha contra la guerrilla, teniendo como peak la liberación de Ingrid Betancourt a mediados de 2008, y como nota más triste, el asesinato por parte de las FARC de un grupo de secuestrados que estaba a horas de ser rescatados por el ejército nacional. Hecho que provocó fuertes críticas a las decisiones tomadas por la cabeza del país.
Se suman a esto los tratados de comercio realizados con otros países, además del apoyo a la empresa privada. Lo que ha hecho crecer la economía, pero que mantiene los índices de pobreza y desigualdad sin sufrir variaciones.
Relaciones exteriores
Donde Uribe ha encontrado mayor apoyo ha sido en Estados Unidos, al menos, durante el gobierno de Bush. Apoyo la guerra a Irak, aún cuando el parlamento se mostraba contrario a la decisión. Incluso, el ex mandatario le entrego la medalla a la libertad, en enero de este año.
Donde ha tenido conflictos ha sido con Venezuela, principalmente por el apoyo verbal que ha hecho Hugo Chávez hacia las FARC, además de su mediación en ciertos momentos. Por el otro lado, Uribe es visto como una amenaza, especialmente por su extrema cercanía hacia los ideales de Estados Unidos, así como lo neoliberal de su política económica.
Y, con quien tuvo un choque más fuerte fue con Ecuador, tras el conflicto donde Colombia bombardeó territorios de ese país, donde se encontraban miembros de las FARC, donde Rafael Correa no dudo en mostrar su descontento, teniendo que bajar la tensión órganos extra gubernamentales cuando todo el mundo ponía sus ojos en el conflicto.
Las polémicas
Como dije en un comienzo, una de las cosas por las que Uribe está en el inconsciente colectivo de muchas personas, es por los acontecimientos bajo su jefatura de la Aviación Civil colombiana.
Si de manera positiva se recuerdan la construcción de diferentes aeropuertos –incluso internacionales- durante su estadía en el cargo, por otro lado se encuentran las informaciones que lo ligan a uno de los mayores traficantes de la historia, Pablo Escobar.
Los datos, puestos en la palestra pública por medios ciudadanos y documentales, hacen alusión a que Uribe habría permitido la creación de pistas de aterrizaje en territorios ligados al narco, además de permisos para la salida de vuelos cargados de cocaína.
Estas informaciones cobraron mayor revuelo con las declaraciones de Virginia Vallejo, ex amante de Pablo escobar que recordó en una entrevista una cita de Escobar que decía: “Si no hubiera sido por ese muchacho bendito, estarían todavía trayendo la pasta de coca en yantas y nadando hasta Miami para llevarles la coca a los gringos”.
Más directa es la relación que hizo en 1991 el Departamento de Defensa de USA, al realizar una lista de los 104 delincuentes más importantes, ligados al tráfico de drogas. En el número 82º figuraba Álvaro Uribe, entonces senador, según el informe, ligado a las actividades del cartel de Medellín, y nuevamente vinculado a Pablo Escobar.
También resulta habitual encontrarse con la información que vincula a Uribe con grupos paramilitares. Esto se remonta al tiempo en que fue gobernador Antioquia y apoyo la creación de PORVENIR, que como explicaba más atrás tenía como propósito armar a sectores campesinos para hacer frente a grupos guerrilleros. El problema es que mediante la legalización de estos grupos armados no-militares, narcotraficantes vieron una manera legal de cuidar o trasladar –por no decir eliminar- gente de sus territorios destinados al cultivo de sustancias primas para la creación de droga.
Esta relación del presidente colombiano con los paramilitares alcanzó su punto máximo de incertidumbre cuando fue dado a conocer un video de 2001, en plena campaña presidencial, donde Uribe sale en compañía del denominado “comandante Esteban”, uno de los paramilitares más reconocidos en el país cafetero,
Otra de las principales críticas que se le hacen a Álvaro Uribe es la de ser un neopopulista. Aquel político que, por condiciones innatas y manejo mediático se le eleva a la calidad de rockstar. Uribe cuenta, en este punto, con el apoyo de la mayoría de los medios de comunicación del país. Esto se sustenta en que su jefe de campaña para su segundo gobierno, y posterior ministro de defensa, Juan Miguel Santos, es parte de la familia dueña de la cadena más grande de medios en Colombia.
De esta manera, las acciones de Uribe se ven potenciadas en el diario El Tiempo, lo que guardando las proporciones, pero para que se entienda, sería como que algún presidente chileno tenga bajo su alero al diario El Mercurio, junto con la cadena de diarios que forman parte del mismo holding.
Su primera campaña política también fue puesta en tela de juicio luego de que se diera a conocer que Enilse López entregara 100 millones de pesos colombianos a la campaña. Esta mujer sería luego enjuiciada por malversación de fondos y se le vincularía con el cartel de Medellín y grupos paramilitares. Uribe respondió a estos hechos diciendo que en el momento de recibir el dinero, todo estaba en orden. Raro, por decirlo de alguna manera.
Otra mujer generaría una nueva polémica, esta vez durante el cambio en el congreso que permitió su reelección a la presidencia. Se trata de Yidis Medina, quien en 2008 confesó que voto a favor, sólo porque personeros de gobierno de Uribe le habrían ofrecido algún tipo de privilegio, el que finalmente nunca se concreto.
Finalmente, donde más conflictos a tenido Uribe ha sido en lo que se denomina la parapolítica. Luego de que diversas investigaciones durante 2005 y 2006 sacaran a la luz la relación de diversos personeros de gobierno vinculados por las fuerzas paramilitares, o beneficiadas por ellas. Gente en el poder que llegó ahí mediante amenazas y uso de elementos poco éticos, además de los que valiéndose de su condición privilegiada, filtraban información o incuso dineros a estos grupos que el presidente supuestamente, está haciendo frente.
El futuro
Ahora, Álvaro Uribe se encuentra frente a la posibilidad de ir por su segunda reelección, vale decir, su tercer periodo como máximo gobernador de Colombia. Esto, pues nuevamente se produjo una recolección de firmas de cerca de 4 millones de partidarios en apoyo la candidatura del legislador.
Este proyecto de ley se encuentra en manos del congreso colombiano, que debe tomar la decisión de reformar o no, una vez más la constitución, para poder llamar a referéndum y que el pueblo de Colombia tome la decisión de permitir que Uribe vaya por una nueva reelección, o tenga que dar un paso al lado y dejar que sea otro quien gobierne a Colombia.
Como están las cosas, no sería extraño que Uribe apele nuevamente, a terminar con la guerrilla, con la pobreza y los males que aquejan su país, para ir por su tercer mandato. Es entonces cuando me vuelve a la mente las declaraciones de ese Uribe que estudio el marxismo, maoísmo y las revoluciones comunistas; dejándolas de lado por preferir algo más democrático y participativo para la sociedad. Si es democrático controlar los principales medios de comunicación, manejar a la gente a su antojo y, como si fuese poco, ir por un tercer gobierno, eso dedúzcalo usted.
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